Breve historia de la supervisión Escolar. La cuota sindical sin consentimiento viola derechos individuales

Así, se transita sin una ruta precisa, sin la existencia de una normatividad que permita enmarcar las acciones de la supervisión escolar. Esta ausencia de disposiciones que determinen el qué , el cómo, y el cuándo de los responsables de la gestión educativa, ha originado un daño profundo al desempeño la acción educativa del sistema educativo mexicano (SEM).Por: José de la Paz Bermúdez Valdés

2010-02-16 20:53:12

*La supervisión Escolar.
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Uno de los aspectos que la famosa Alianza por la Calidad de la Educación (ACE) ha desatendido en forma recurrente y por demás irresponsable, es el relativo a la supervisión escolar.
No obstante la importancia que se le otorga a la supervisión escolar, en los documentos de política educativa, las acciones emprendidas desde el año 2001 para hacer realidad dicha política, no han logrado las metas previstas para la gestión escolar, principalmente en relación con la definición de una normatividad clara que priorice los aspectos técnico-pedagógicos y la profesionalización de los agentes educativos responsables de la supervisión escolar.

Así, se transita sin una ruta precisa, sin la existencia de una normatividad que permita enmarcar las acciones de la supervisión escolar. Esta ausencia de disposiciones que determinen el qué , el cómo, y el cuándo de los responsables de la gestión educativa, ha originado un daño profundo al desempeño la acción educativa del sistema educativo mexicano (SEM).
La supervisión escolar, actividad que desde el siglo XIX constituyó la famosa Inspección Escolar, misma que tiene su origen den la época porfiriana, como un elemento sustantivo de la vigilancia de la prestación del servicio público.
Durante dicha época existieron los Inspectores Escolares, quienes vigilaban el cumplimiento de los planes y programas de estudio, la formación de los nuevos docentes, la asignación de éstos conforme a las necesidades de la población, el desempeño de los profesores frente al grupo y además realizan la importantísima función de gestores de los recursos necesarios para realizar la tarea educativa.

A lo largo de la historia de la educación en México surgen figuras señeras que en su paso por dicha actividad dejaron un legado importantísimo a las nuevas generaciones de profesionales de la educación que han ocupado y ocupan ese vital cargo en el andamiaje de la educación.
¿Cuándo perdieron sus atributos como verdaderos promotores de la obra educativa los inspectores escolares? En el momento que nace el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE). Es en la definición de sus funciones, como parte del organismo gremial y a la vez como representante de la Secretaría de Educación Pública (SEP).
Esa dualidad de personalidad que no de funciones, lo condena a ser la parte sensible del magisterio que recibe los embate de sus propios compañeros del sindicato y sufre la falta de respeto y apoyo de quien dice la representa la SEP.

Con la incorporación de nuestro país a las políticas neoliberales se cambia la denominación de inspección escolar por la de supervisión escolar. El cambio es de nombre, pero no de funciones, no de facultades, ni mucho menos de reconocimiento de la dualidad de personalidad en el quehacer educativo.
Es en los años ochenta cuando se transita hacia una concepción de la supervisión con un perfil más amplio de funciones, tales como: la planeación, la orientación técnico-pedagógica, el apoyo a la comunidad educativa, el control escolar, la extensión educativa, la organización de personal, la administración de recursos y la evaluación. Éstas transforman el sentido de la supervisión, desde una perspectiva restringida, hacia procesos más amplios de gestión educativa, que resultan acordes con una visión sistémica de la educación.

· La sociedad requiere de claridad, de transparencia en la existencia, desarrollo y operación de los sindicatos existentes, cuánto ingresa a sus arcas, de dónde provienen esos recursos y cómo los gastan quienes dicen ser sus dirigentes. Esa ausencia de claridad en la obtención y disposición de los recursos, máxime si son públicos constituye una de las grandes omisiones que lesionan la credibilidad de todo gobierno.
Pongamos por caso el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación, quien cuenta con 1 millón 694 mil 130 agremiados, sin contar con la autorización de ellos para representarlos. El otorgamiento del nombramiento de profesor (a) lleva implícito la pertenecía al SNTE, por lo tanto automáticamente le descuentan la cuota sindical.
Esta grave irregularidad es responsabilidad del gobierno, quien violenta los derechos individuales de cada profesor, al no solicitarle su autorización para pertenecer o no al SNTE. ¿Se corregirá está irregularidad?

.: La Región de Tamaulipas :. – La supervisión Escolar