SNTE: el que a hierro mata.

Otto Granados

SNTE: el que a hierro mata…

Otto Granados

og1956@gmail.com

Aguascalientes, MÉXICO, a 14 de septiembre, del 2009

Si el que a hierro mata, a hierro muere, algún día el control que desde hace dos décadas ejerce sobre el SNTE la maestra Gordillo terminará de la misma manera que ocurrió con sus antecesores Eloy Benavides, Carlos Olmos o Carlos Jonguitud.
Por lo pronto, El Semanario, una publicación especializada en negocios y economía, ha informado que el vástago del cacique magisterial que la propia Gordillo sustituyó por decisión del presidente Salinas está encabezando ahora un movimiento para deponerla mediante la creación de un llamado Sindicato Nacional Democrático al Servicio de la Educación. Según sus promotores, esta organización dice pretender que “el dinero llegue al aula pública, evitar las nóminas infladas y castigar la venta de plazas”, y está en espera de la “toma de nota”, el eufemismo con que el gobierno controla el registro de nuevos sindicatos, para cobrar existencia legal.
Hasta ahora nada adicional se sabe de la agrupación en cuestión, pero tampoco es demasiado relevante investigarlo porque en la lógica de terminar el actual dominio sindical no parece haber ya alternativas políticas ni legales, civilizadas o democráticas, de suerte tal que, a menos que la administración Calderón opere otro procedimiento, la caída ocurrirá de manera violenta o, al menos, abrupta, a manos de quienes ya conspiran contra la maestra, incluyendo varios de los suyos.
¿Debe el gobierno diseñar una estrategia al respecto? Desde luego que sí. La primera razón es que es mucho más práctico desde el punto de vista político articular la sucesión que esperar a que ocurra por generación espontánea. Por un lado, se trata no sólo del sindicato nacional más grande del país, sino también de un gremio con cuya dirigencia los gobiernos han hecho negocios en materia de vivienda o de pensiones no necesariamente transparentes, lo que anticipa una riada de lodo que puede salpicar a muchos. Por otro, es preferible identificar desde ahora al relevo para intentar un relevo controlado y evitar que algunas corrientes adictas a la maestra pretendan alterar la estabilidad de la organización escolar. Sin planeación, el caos es automático.
La segunda ventaja es que, si desde ahora hay un esquema claro, la nueva dirigencia deberá llegar bajo las condiciones que le fije el gobierno en materia de a) organización sindical, es decir, descentralización y autonomía de las secciones estatales; b) afiliación voluntaria y, por ende, cuotas sindicales voluntarias; c) desaparición de las distintas comisiones SEP-SNTE que gestionan cambios, contrataciones y movimientos escalafonarios, y d) reformas a la Ley General de Educación que introduzcan la rendición de cuentas y regresen a la autoridad la gestión de la administración educativa, entre otras cosas.
Y tres: reemplazar a la maestra es imperativo al menos por decencia. Es inadmisible que un partido como el PAN, que dice representar a las buenas conciencias, haya sido capaz ya por casi diez años de faltar a principios éticos y políticos elementales y de pactar con alguien, y a cualquier precio, que representa los modos más indecorosos de conducirse en la vida

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